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Si la televisión fue la «caja tonta» o la «caja mágica», cómo llamaremos a las nuevas tecnologías y su poder mucho más adictivo, atrayente y estimulante. Todo depende del uso que las demos.

 

Este artículo está escrito para que hagáis una pequeña reflexión y un ejercicio de introspección para poder comprender a los niños y/o adolescentes. Los avances nos simplifican la vida y nos adaptamos a ellos, pero a qué coste. Ya se acuñó el término “caja tonta” a la televisión por su capacidad de atraer la atención y conseguir que el telespectador pasase horas absorto ante ella de forma pasiva. También se podría denominar la “caja mágica”. El uso que le demos determinará qué tipo de caja es. Ahora, avancemos a los tiempos modernos donde existen dispositivos mucho más atrayentes y estimulantes.

Para desarrollar esta temática es necesario comprender la función de la dopamina y serotonina. La serotonina es conocida como la hormona de la felicidad. Es más duradera, genera sensaciones de bienestar, satisfacción y ayuda a manejar la tensión y el estrés. Respecto a la dopamina, está asociada con la motivación, curiosidad, aprendizaje… También es responsable del sistema de recompensa. Por lo que en actividades no controladas o perjudiciales la dopamina puede incrementar la necesidad de repetir la acción y disminuir el bienestar asociado. Esta última frase la habréis relacionado con lo que es una adicción.

Pues las redes sociales, los videojuegos y los contenidos interactivos educativos cumplen varios criterios, utilizan la novedad como atracción, reciben una recompensa al interactuar y son hiperestimulantes. Por lo que activan la adrenalina y la dopamina por largos períodos de tiempo. Esa activación provoca síntomas de irritabilidad, pérdida de sueño, hiperactividad e hipervigilancia. 

Dicho esto y conociendo el funcionamiento de la dopamina, cada vez los niños necesitarán de algo más estimulante, con más sonidos, con más recompensas por lo que se genera un círculo vicioso donde la experiencia real comienza a ser aburrida.

Después de lo leído anteriormente, es un buen momento de reflexión sobre cómo nos habría afectado todo esto a nosotros cuando eramos niños y adolescentes. Hago énfasis en la edad ya que los mecanismo de control de la impulsividad se desarrollan hasta los 20 años, por lo que el cerebro no está maduro y no pueden gestionar tal nivel de estimulación. Puntualizar que el desarrollo del cerebro puede verse afectado por infraestimulación y por hiperestimulación.

Obviamente, somos nosotros los que conseguiremos que las tecnologías se conviertan en la “caja tonta” o “caja mágica”. Johann Hari en su conferencia en “Ted Talks” mencionó que lo contrario a la adicción no es la abstinencia. Es la conexión. La conexión social, un buen círculo de amigos, familia, actividades alternativas de ocio.

Mi consideración es que en el ámbito educativo es positivo utilizar el poder estimulante de las nuevas tecnologías para favorecer la activación de la dopamina y potenciar la motivación, la curiosidad y el aprendizaje. Todo ello en momentos puntuales para evitar la sobreestimulación y el efecto de la tolerancia ante el estímulo.

En el ámbito recreativo la psicoeducación es clave. Las personas deben saber identificar sus estados ante la exposición a las nuevas tecnologías, entender su nivel de activación, ansiedad, estrés, abstinencia… Es importante que los niños identifiquen buenas conductas como pueden ser buscar información sobre un tema específico, hacer videollamadas con amigos, comunicarse vía redes sociales y/o Whatsapp sin que le genere los síntomas arriba mencionados.

En casos de síntomas de adicción (miente sobre el tiempo que está conectado, adicción a la novedad, se comparan en exceso, desconexión de la vida real…) es importante ponerse en contacto con un profesional. Las recomendaciones para trabajar las adicciones a las nuevas tecnologías están relacionados con el proceso de desintoxicación, psicoeducación y creación de alternativas de ocio sanas y motivantes. El proceso de desintoxicación debe ser paulatino y llegar a unos nivel muy bajos de consumo durante 5 semanas para dar tiempo al cerebro a que se regule y bajen los niveles de ansiedad, pensamientos intrusivos… Es importante que sean conscientes y que entiendan que puede ser difícil gestionar el uso de las nuevas tecnologías y no por ello deben sentir culpabilidad.

Nunca olviden que la mejor manera de gestionar las nuevas tecnologías es por medio de la conexión social. Por ello, para mi es muy importante la colaboración con Club Lions Basket de Arroyomolinos, un lugar donde poder ir desarrollando programas específicos donde se une la psicología y el deporte. Controlemos la dopamina y potenciemos la hormona de la felicidad, serotonina.

 

 

 

 

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